Qué materiales son ideales para construir una yurta resistente al clima

Las yurtas, estas estructuras circulares nómadas originarias de las estepas de Asia Central, han experimentado un renacimiento en popularidad, especialmente dentro del sector del glamping. Lejos de ser simples tiendas de campaña, las yurtas modernas se construyen para ofrecer una experiencia de alojamiento confortable y lujosa en entornos naturales. Sin embargo, para que esta experiencia sea realmente positiva, la yurta debe ser capaz de resistir las inclemencias del tiempo, protegiendo a sus ocupantes del frío, el calor, la lluvia y el viento.
La clave para una yurta duradera y resistente reside en la selección cuidadosa de los materiales. A diferencia de las yurtas tradicionales, que utilizaban materiales disponibles localmente, la construcción de yurtas para glamping permite la incorporación de materiales más modernos y robustos. Esto no solo prolonga la vida útil de la estructura, sino que también mejora su aislamiento térmico y acústico, contribuyendo a un mayor confort para los huéspedes. A continuación, exploraremos los materiales más recomendables para cada componente estructural de una yurta pensada para resistir las condiciones climáticas más diversas.
El Armazón: Madera o Metal
El armazón, o estructura principal de la yurta, es el elemento que soporta todo el peso y la forma de la cúpula. Tradicionalmente, se utilizaba madera, principalmente de rezo o abeto, por su flexibilidad y resistencia. Hoy en día, aunque la madera sigue siendo una opción popular, también se emplean estructuras metálicas, especialmente acero galvanizado, para mayor durabilidad y resistencia a la corrosión. La madera requiere un tratamiento adecuado contra insectos y la humedad, mientras que el metal debe ser recubierto para prevenir la oxidación.
La elección entre madera y metal depende en gran medida del clima y el uso previsto de la yurta. En zonas con fuertes vientos o nevadas, el acero galvanizado suele ser la mejor opción por su mayor capacidad para soportar cargas pesadas. En climas más suaves, la madera puede ser suficiente, aportando un aspecto más tradicional y natural a la estructura. Una combinación de ambos materiales también es posible, donde el metal se utiliza en elementos estructurales críticos y la madera en elementos decorativos o de acabado.
Independientemente del material escogido, es fundamental asegurar que el armazón esté diseñado y construido por profesionales. Un cálculo estructural preciso es esencial para garantizar la estabilidad y seguridad de la yurta, especialmente en condiciones climáticas adversas. Un armazón mal construido puede ser vulnerable al colapso bajo el peso de la nieve o la fuerza del viento.
La Cubierta: Lona de PVC o Telas Técnicas
La cubierta de la yurta es la barrera que protege contra los elementos exteriores. Tradicionalmente, se utilizaban capas de lana, pero en la actualidad, la lona de PVC (cloruro de polivinilo) es el material más común. El PVC es resistente al agua, al viento, a los rayos UV y es relativamente económico. Además, permite una fácil limpieza y mantenimiento. Sin embargo, es importante elegir un PVC de alta calidad, con un gramaje adecuado para resistir las condiciones climáticas de la zona.
Alternativamente, se están utilizando cada vez más telas técnicas, como el poliéster recubierto de PU (poliuretano) o acrílico. Estas telas son más ligeras que el PVC, pero ofrecen una excelente resistencia al agua y a los rayos UV. También suelen ser más transpirables, lo que reduce la condensación en el interior de la yurta. La elección entre PVC y telas técnicas dependerá del presupuesto, las condiciones climáticas y las preferencias estéticas.
Para una mayor resistencia a la intemperie, la cubierta debe estar bien sujeta al armazón, utilizando sistemas de amarre seguros y resistentes. Es importante revisar periódicamente el estado de la cubierta y reparar cualquier daño, como rasgaduras o desgarros, para evitar filtraciones de agua o pérdida de aislamiento.
El Aislamiento: Lana, Espuma o Paneles Aislantes
El aislamiento es crucial para mantener una temperatura confortable dentro de la yurta, tanto en climas fríos como cálidos. La lana de oveja es una opción tradicional y ecológica, ya que es un material natural, transpirable y con buenas propiedades aislantes. Sin embargo, la lana puede ser susceptible a la humedad, por lo que es importante protegerla con una barrera impermeable.
Otra opción popular es la espuma de poliuretano, que ofrece un excelente aislamiento térmico y acústico. La espuma puede utilizarse en forma de paneles rígidos o como relleno inyectado entre las capas de la cubierta. Sin embargo, es importante elegir una espuma que sea resistente al fuego y a la humedad.
En algunos casos, se utilizan paneles aislantes prefabricados, compuestos por una capa de material aislante (como EPS o XPS) intercalada entre dos capas de metal o madera. Estos paneles ofrecen un aislamiento superior y una mayor resistencia estructural. La elección del material aislante dependerá del presupuesto, el clima y los requisitos de confort.
El Suelo: Madera, Decking o Aislamiento Directo

El suelo de la yurta es un elemento crucial para proporcionar una base sólida y confortable. Tradicionalmente, se utilizaba tierra apisonada, pero en glamping se prefieren opciones más duraderas y estéticas. El decking de madera tratada es una opción popular, ya que ofrece un aspecto natural y es resistente a la intemperie. Es importante elevar el decking del suelo para evitar la humedad y permitir la circulación del aire.
Otra opción es utilizar una base de madera contrachapada, protegida con una capa impermeable. Sobre esta base se puede instalar un aislamiento adicional, como espuma o lana, para mejorar el confort térmico. El aislamiento también ayuda a reducir la condensación y prevenir la formación de moho.
En climas más secos, se puede optar por un suelo de tierra compactada, cubierto con una capa de grava o arena. Sin embargo, es importante asegurar un buen drenaje para evitar la acumulación de agua. Independientemente del material escogido, el suelo debe ser nivelado y estable para garantizar la seguridad y comodidad de los huéspedes.
Ventilación y Calefacción: Para un Ambiente Óptimo
Una buena ventilación es esencial para mantener un ambiente saludable dentro de la yurta, evitando la acumulación de humedad y la proliferación de moho. Las yurtas tradicionales utilizaban aberturas en la parte superior de la cúpula para permitir la salida del aire caliente. En las yurtas modernas, se pueden instalar ventanas con mosquiteras o extractores de aire para mejorar la ventilación.
En climas fríos, es importante contar con un sistema de calefacción eficiente. Se pueden utilizar estufas de leña, estufas de gas o sistemas de calefacción eléctrica. La elección dependerá de la disponibilidad de combustible y de las preferencias de los huéspedes. Es importante asegurar que el sistema de calefacción esté instalado de forma segura y que cumpla con las normas locales.
La combinación de una buena ventilación y un sistema de calefacción adecuado permite crear un ambiente agradable y confortable dentro de la yurta, independientemente de las condiciones climáticas externas. Esto contribuye a una mejor experiencia para los huéspedes y a un mayor éxito para el negocio de glamping.
Conclusión
La construcción de una yurta resistente al clima para glamping requiere una cuidadosa selección de materiales y una atención meticulosa a los detalles. La durabilidad de la estructura depende en gran medida de la calidad de los materiales utilizados en el armazón, la cubierta, el aislamiento y el suelo. La inversión en materiales de alta calidad se traduce en una mayor vida útil de la yurta, menores costos de mantenimiento y una mejor experiencia para los huéspedes.
En definitiva, una yurta bien construida con materiales adecuados es una inversión segura y rentable que puede ofrecer una experiencia de glamping única y memorable. La clave está en adaptar la selección de materiales a las condiciones climáticas específicas de la zona y en utilizar la experiencia de profesionales cualificados para garantizar una construcción segura y duradera. El compromiso con la calidad y la planificación cuidadosa son esenciales para crear un refugio confortable y resistente en el corazón de la naturaleza.
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